Introducción

El objetivo de esta investigación es determinar si existe relación entre la intimidación escolar y sus consecuencias a largo plazo, con el fin de ampliar el conocimiento que se tiene sobre el fenómeno, diseñando un instrumento y estableciendo si las conductas delictivas tienen algún vínculo con la intimidación escolar. Para ello se enfatizó en los ciclos de violencia que inician con agresiones y acoso en las instituciones educativas, que llegan a complejizarse en conductas tipificadas y judicializadas dentro del marco jurídico penal del país.
Para la recolección de los datos se tomó como muestra poblacional personas privadas de la libertad (PPL) de la Cárcel Distrital de Bogotá, mayores de edad, escolarizados, y los delitos por los cuales ingresan allí son hurto calificado, lesiones personales, inasistencia alimentaria, estafa, daño en bien ajeno, violencia intrafamiliar, entre otros. En este momento la cárcel tiene aproximadamente 1.200 PPL. Sin embargo, la muestra seleccionada fue el 20,83%, es decir 250 PPL, quienes debían cumplir con ciertas características establecidas en la metodología relacionadas directamente con el fenómeno de la intimidación escolar para la aplicación de la prueba: mayores de edad, escolarizados y que estuvieran recluidos por acciones relacionadas con conductas delictivas.
Se toma como base de la intimidación escolar la presentación de conductas de agresión repetidas contra una víctima, con manifestaciones físicas, verbales, psicológicas o virtuales y con algunas consecuencias a corto y largo plazo, como depresión, ansiedad, riesgo de suicidio, aislamiento, bajo rendimiento académico, entre otras. Se encuentran tres factores determinantes de la misma que se deben tener en cuenta en el momento de abordar la temática: desbalance de poder, repetición e intencionalidad.
Cuando se habla de desbalance de poder se hace referencia a que los intimidadores seleccionan a quienes son pequeños, débiles, inseguros, sensibles o parecen ser diferentes a sus pares; esta desigualdad de poder es la que permite que un sujeto sea tratado como objeto. La intencionalidad es uno de los factores claves para diferenciar la agresión de aquellas conductas que de manera involuntaria provocan un efecto negativo o perjudicial en los demás individuos. En los diferentes tipos de agresión, esta condición se encuentra de manera evidente y presente en el maltrato y genera en la víctima la expectativa de ser blanco de futuros ataques. Y el último factor es la repetición: los intimidadores seleccionan la misma víctima una y otra vez para agredirla, generando una posible exclusión social, en que se manifiesta maltrato físico o psicológico.
Al revisar la teoría y tener la muestra poblacional es fundamental revisar temáticas de intimidación escolar desde otra perspectiva, ya que en otros proyectos de investigaciones relacionadas con la intimidación y la violencia escolar se ha enfatizado en el papel que tienen los agresores o las víctimas, con sus consecuencias a corto plazo. Sin embargo, nunca se ha evidenciado más allá: qué pasa con las conductas violentas, y en especial la intimidación que forma parte de ellas, ya que en el contexto colombiano no existe una noción clara del problema ni para los padres ni para los docentes, aunque son muchas las investigaciones que han venido trabajando en este campo.

La intimidación escolar se caracteriza por tres elementos: intencionalidad, repetición y desbalance de poder. Se han generado estudios sobre esta situación y se han tomado medidas en ese ámbito, pero no se profundiza en sus consecuencias a largo plazo. Por ende, la presente investigación busca generar una aproximación a este tema dando una explicación a los ciclos de violencia que tienen su inicio en el acoso y la agresión en las instituciones educativas y cómo dichas agresiones pueden llegar a complejizarse en conductas judicializadas. Para el análisis se diseñó un instrumento tipo encuesta, categorizándolo y aplicándolo a hombres privados de la libertad, con el cual se buscó evidenciar si se encontraban aquellas características de intimidación. Se generó una correlación que muestra que ellos se reconocen como agresores y víctimas en especial, desde lo conductual y no desde lo cognitivo ni lo emocional

Imagen:
Alone - por: Cherie Wren - tomada de: www.sxc.hu