A finales de los 80 del siglo XX, y en su conjunto, los países capitalistas occidentales, con el fin de resolver el problema de su recurrente crisis económica y las dificultades de su crecimiento, optaron por las tesis de Friedrich August von Hayek. Este economista, jurista y filósofo austríaco, en 1944 propuso en su libro Camino de servidumbre que el libre mercado a nivel nacional e internacional y la no injerencia del Estado en la economía, aunque este debía cuidar el déficit fiscal y dar asistencia a los más pobres, eran el único camino para garantizar un crecimiento continuo y el bienestar de la población. Aunque el neoliberalismo se había experimentado primero en Chile, durante la dictadura de Augusto Pinochet y luego fue política oficial en los años 80 del siglo XX, durante los gobiernos de Ronald Reagan (Estados Unidos) y Margaret Thatcher (Inglaterra), fue suficiente el cambio de rumbo de la China, el derrumbe del Muro de Berlín, el desmonte de las República Populares de Europa Oriental y la caída de la Unión Soviética para que, sin contradictores a la izquierda, se presentara con visos de legitimidad.
Los seguidores de Hayek, Milton Friedman y la Escuela de Chicago, nombre dado por la universidad norteamericana en la que Friedman era profesor, venían preconizando la adopción de este modelo. Pero fue en los 90, cuando el neoliberalismo y las políticas de los “Chicago Boys” adquirieron el rango de verdad universal. En consecuencia se inició un proceso internacional de desregulación, es decir, de abolición de los controles del Estado sobre los movimientos financieros y comerciales y sobre el trabajo. Esto significó abolir las políticas proteccionistas y de intervención estatal, que con el Estado de Bienestar le habían permitido a Occidente, no solo su recuperación después de la Segunda Guerra Mundial, sino además neutralizar entre los trabajadores la atracción por las ideas socialistas. Con esta fase comienza lo que se ha denominado “globalización” que se apuntala en el libre mercado y los gigantescos avances en las TIC que proveen las herramientas necesarias para los movimientos financieros y comerciales en gran escala, los cuales sin su capacidad de capturar, clasificar, organizar y difundir información serían demasiado onerosos y farragosos.
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