Actualmente una de las preocupaciones que se circunscriben al quehacer de las universidades son los programas de extensión y proyección social; no solo desde una mirada formativa, en la que se busca que los estudiantes puedan manejar experiencias que contribuyan a sus aprendizajes y al desarrollo de competencias desde su ser, hacer y saber, de manera significativa, sino en razón de que se constituyen como una respuesta a las grandes problemáticas que presenta la ciudad, buscando brindar un aporte específico, en que los actores y gestores de los proyectos articulen los saberes de la cotidianidad con los de las disciplinas, para favorecer el desarrollo social y humano.
Dado este contexto, el objetivo de este documento es ofrecer un panorama general sobre el desarrollo del servicio social del programa de Psicología de la Universidad Piloto de Colombia y las principales problemáticas detectadas a partir del foco de interacción comunidad-disciplina, en pro de la construcción de mejores realidades y escenarios, que contribuyan a la realidad nacional, a través del diseño de políticas públicas en salud mental, especialmente en el Distrito Capital.
Qué es la salud mental
El concepto de salud como “… un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solo la ausencia de enfermedad” (OMS, 1986, citado por OMS, 2004) pone de manifiesto que la salud mental, en su dimensión social e individual, es primordial para la calidad de vida, el desarrollo del individuo y las comunidades. La salud mental no se limita a la ausencia de desorden mental, sino que también implica otras connotaciones; por un lado, se concibe como un estado de bienestar en que el individuo tiene un óptimo desarrollo y uso de sus habilidades –cognitivas, afectivas y relacionales–, es capaz de afrontar los estresores de la vida diaria, trabajar productiva y fructíferamente y hacer un aporte a su comunidad (WHO, 2001d, p. 1). Por otro lado, como la capacidad del individuo, el grupo y la comunidad para interactuar; de tal forma que se promueva el bienestar subjetivo, el desarrollo de las habilidades, el logro de las metas individuales y colectivas de manera consistente con la justicia y el alcance y preservación de las condiciones de la igualdad (Health and Welfare Canada, 1988, p. 7.).
En consecuencia, la salud mental implica una correspondencia entre el bienestar individual y colectivo, en el marco de políticas públicas encaminadas a la promoción y la prevención. Desde la mirada de las políticas en Bogotá, siendo la salud un derecho, se plantean estrategias para el logro de una ciudad humana donde se garantice la libertad, el desarrollo de la autonomía y los proyectos de vida (Alcaldía Mayor, 2004); no obstante, estos logros pueden afectarse negativamente por las diversas condiciones de las ciudades y la compleja interacción entre factores biológicos, psicológicos y sociales, determinantes de la salud mental, que llevan a problemas en esta área.
De tal manera, la respuesta social, según la propuesta de la alcaldía, dirigida a promover el desarrollo y la autonomía de los sujetos y los colectivos, parte de la identificación de estos aspectos que restringen dicho desarrollo, así como de las particularidades que expresan vulnerabilidad (p. 3). Por ser la universidad un espacio de construcción e intercambio de saberes y estudio constante de los problemas que conciernen a la sociedad, es posible contribuir desde esta a dar respuesta a esa expectativa. A través de un breve análisis sobre cómo ha evolucionado el servicio social del programa de Psicología de la Universidad Piloto de Colombia, se identificarán algunos de los elementos que limitan el desarrollo individual y social. |