Introducción
La comunidad indígena de Otavalo se concentra particularmente en San Luis de Otavalo, una localidad de la provincia de Imbabura, en Ecuador. Se encuentra ubicada hacia el norte de la ciudad de Quito, aproximadamente a 110 kilómetros de distancia (Oviedo, Carlos, Lema, y Naveda, 2013). Salomon (citado por Ordóñez, Colmenares, Gincel, y Bernal, 2014, p. 48) menciona que la región de Otavalo se ha caracterizado por sus dinámicas frente al trabajo textil desde muchos siglos atrás y es por esto que sus vínculos con Colombia y otros países de la región fueron establecidos casi desde la colonia. El inicio de un numeroso grupo de comerciantes indígenas que se extienden por las diferentes fronteras es un fenómeno que se dio en pleno siglo XX como respuesta de las actividades de comercio que tuvieron lugar en la colonia.
Culturalmente la mayoría de indígenas de Otavalo dejan crecer su cabello desde el nacimiento como el símbolo de una identidad étnica, para los hombres este denota una posición de poder, que a su vez representa la unión hacia su comunidad indígena y actúa como una línea divisoria entre lo indígena y lo no indígena. Es por esta razón que si alguien corta su cabello, estaría modificando su identidad étnica. En los hombres es representativo el cabello largo y bien organizado en una sola trenza, usan alpargatas elaboradas con cabuya, alguna camisa totalmente blanca o con bordados brillantes y con estampados, elaboradas en tela poliéster; visten pantalones de color blanco que pueden ser tradicionales hechos en casa y que son parecidos a una pijama, los cuales se conocen con el nombre de calzoncillos, o pantalones tipo “jean” o de poliéster; su poncho tradicional otavaleño, y un sombrero elaborado en fieltro. Por su parte, las mujeres llevan el cabello en solo una trenza o, en su defecto, envuelto con un cinturón tejido y de gran variedad de colores. Usan alpargatas hechas en tela, falda larga en color blanco y otra de color azul o negro que envuelven y es conocida con el nombre de “anaco”, la cual sostienen con un cinturón tejido ancho y otro más delgado que se conoce como “chumpi”, usan blusas bordadas, acompañadas de un chal cuadrado que se ponen en la espalda, puede ser de color rojo, azul o negro y es conocido como “fachalina”, su atuendo lo acompañan de bastantes collares y pulseras de color oro y otro chal negro o azul que cubre su cabeza y es llamado “yalishta” (Rivero, 1988, p. 175). Un cabello bien cuidado y hermoso para la comunidad indígena de Otavalo es la máxima expresión de un adecuado aspecto personal, puesto que los términos de belleza y atracción sexual poseen una implicación bastante grande. Si el cabello es largo, grueso y recto es símbolo de salud y fuerza, para las mujeres es muestra de fertilidad y para los hombres símbolo de virilidad, aquellos que poseen un cabello bonito se sienten muy orgullosos de él, es por eso que lo peinan de manera ostentosa con el fin de que todos puedan verlo. Peinar el cabello largo es tarea difícil, para iniciar deben desenredarlo, acto seguido lo deben limpiar y retirando los nudos con una peinilla y, para terminar, deben hacer una trenza. Esto es casi un ritual y tiene una connotación de reciprocidad, por lo que está mal visto que alguien realice este proceso de manera individual. Es normal ver que los esposos y esposas, padres e hijos se peinen recíprocamente, con esto es posible determinar las buenas o malas relaciones existentes entre los miembros de una familia (Rivero, 1988, p. 178).
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