Introducción
Las habilidades visoconstructivas consisten en la capacidad de analizar la información visual (Ardila y Rosselli, 2007) existente en nuestro entorno. Esta habilidad conlleva un proceso sistemático que parte de lo sensorial a lo perceptual (análisis de lo que se está viendo) para luego hacerlo de lo espacial a lo motor (actuar con respecto a lo que se está viendo) (Urrego-Betancourt, 2015).
Según Ardila y Rosselli (2007), la visoconstrucción tiene dos tipos de análisis, “el primero incluye el reconocimiento de lo que se está viendo, y el segundo, su posición y localización” (Ardila y Rosselli, 2007, p. 273). Esta habilidad comprende los procesos de visopercepción y visomotricidad. Por lo tanto, estos procesos son funciones cognitivas que nos permiten situarnos a nosotros mismos y a nuestro entorno, y a su vez responder a este.
“Las funciones viso-espaciales representan el grupo de funciones cognitivas utilizadas para analizar, comprender y manejar el espacio en el que vivimos en varias dimensiones. Estos procesos incluyen imágenes y navegación mental, percepción de la distancia y profundidad, así como la construcción viso-espacial” (Ortega et al., 2014, p. 83). Por esto, existe una relación estrecha con la visomotricidad, la cual nos permite planear nuestros movimientos con respecto a las exigencias del medio, donde previamente hay una autoconciencia integrada con el medio. Por ejemplo, al cruzar una calle es necesario establecer cuánto nos debemos acercar a un auto o el tiempo que tenemos para cruzar antes de que el auto pase. Es decir que las “habilidades visomotoras implican además de un componente perceptual, un aspecto motor relacionado con el control visual” (Rosselli, Matute, y Ardila, 2010).
La alteración de estas habilidades puede ser de tipo perceptual, como las agnosias —la incapacidad de reconocer un estímulo visual—, o puede ser de tipo espacial-motor, como la apraxia de construcción, que es la incapacidad “para planificar y ejecutar actos motores que permiten realizar un conjunto mediante la articulación y el ensamble de elementos de distinta naturaleza” (Cejudo, Torrealba, Guardia, y Peña, 1998, p. 330).
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